HANAKO

esta es una famosa leyenda urbana de Japón llamada "Toire no Hanako-san" (algo así como "Hanako-san en el baño")

Se dice que Hanako fue una niña que murió en la segunda guerra mundial a causa de un bombardeo mientras ella jugaba a las escondidas y se ocultaba en un baño. Otra versión afirma que murió bajo las manos de un padre abusivo, demente y/o pervertido que la encontró escondida en el baño. También se dice que habría sido una estudiante que murió en un accidente que hizo que cayera por la ventana de la biblioteca, en este caso sin relacionarlas con un baño.

Pero sobre el fantasma en si, se dice que se encuentra normalmente en la tercera cabina del baño de mujeres (aunque hay variaciones de la leyenda en que se dice que también aparecería en el baño de hombres) y se le describe como una niña de pelo corto que viste una falda roja.

¨the rake¨ el rastrillo

Jeff the killer ''go to sleep''

Esta crepy esta un poco larga pero vale la pena
No tengo mucho para decirles de esta, es otro ataque de JEFF 

El siguiente relato fue escrito por un detective, quien después de analizar las pruebas de vídeo, relatos de testigos y el vídeo, afirmo haber sido observado, él desarrolló una historia. Esta historia. 

Ya era tarde, en la noche, una típica noche de martes. Estaba navegando por Internet, ya que había bebido 2 vasos grandes de café, de la tienda de café de la esquina y ya se me había espantado el sueño. Después de ver un vídeo de Youtube sin sentido, me encontré con un extraño titulo en la barra de los vídeos relacionados. 
Ninguna de las letras estaba en inglés, sin embargo, la forma de los caracteres se asemejaba a algunas palabras aunque no las pude descifrar. Curioso, di clic en el vídeo. De repente comencé a escuchar varios crujidos y gemidos procedentes de mi casa. Me di la vuelta y tome un bate de béisbol que estaba cerca, listo para una batalla mortal. Para mi sorpresa, no había intrusos en mi casa, ni signos de alguna entrada forzada. Todas las puertas estaban cerradas con llave también. Creyendo que me estaba volviendo loco, me encogí de hombros y perezosamente regresé a mi habitación. 

Había gastado un montón de dinero en una gran conexión de banda ancha, así que me quede perplejo al ver que el vídeo al que había hecho clic, no había cargado aún. impacientemente, hice clic cuatro veces mas en un intento de que cargara el vídeo. Después de lo que pareció una eternidad de espera, finalmente la pagina cargó. El fondo era negro y el texto se había escondido por completo excepto el nombre de usuario de quien lo había subido y la descripción los cuales estaban escritos en rojo carmesí. El nombre de usuario de la persona que lo subió era "NightmareSlumber" y en la descripción se podía leer lo siguiente: 

Altera militiae in Anti Christe

Desde que soy más chico tengo la misma pesadilla recurrente. En ella, estoy parado en un cuarto obscuro, en el medio de un largo círculo con el símbolo de una estrella volteada en él. Un pentagrama. El símbolo del demonio. Miro hacia todos lados confundido, pues no tengo idea de cómo llegué ahí y me doy cuenta de que lo único que llevo son mis boxers.
Veo velas, calaveras, pero más que todo, veo a mucha gente parada alrededor de mí. Todos llevan túnicas con capuchas que cubren sus caras.
A medida que el sueño sigue todos ellos levantan sus brazos y musitan encantaciones que no comprendo.
Al final del sueño, la figura con túnica más alta que, supongo, es el líder, camina hacia donde estoy. Inmovilizado por el miedo, veo cómo cada vez está más cerca. Y más. Y más cerca. Hasta que está a unos centímetros de mi cuerpo.

Muerte pornográfica

Sí, lo sé, el título es algo raro, pero no encuentro otras palabras para describir lo siguiente.
Siempre fui muy apegado a mi prima Alejandra. Cuando esto ocurrió, hace ya varios años, ella tenía la edad de diecinueve años y yo quince. Nuestros familiares siempre nos decían que parecíamos «uña y mugre», ya que siempre andábamos juntas de un lado a otro. Pero siempre hubo un hábito de Alejandra que a mí nunca me gustó: a ella le gustaba la pornografía.
Siempre creí que la pornografía sólo le gustaba a los hombres, pero mi prima muchas veces me contó de nuevas páginas que encontraba o de algunas prácticas sexuales bastante extrañas. Como ella sabía que a mí no me gustaban esas cosas, se limitaba a contarme de vez en cuando los resultados de sus búsquedas, pero jamás me incitó a ver una pagina así.

¡Vamos a jugar! ¿si?

¡Hoy Anne me ha hecho enfadar mucho!. ¡Esa niñata me ha dicho que soy una insensible! Realmente no puedo creerlo. Pensé que eramos amigas. Tal vez debo jugar un poco mas con ella y se alegrará. Si, seguramente así volveremos a ser amigas.

La profesora nos ha dicho a todos que Anne no volverá. No comprendo que le ha pasado, ¡porque ayer nos divertimos mucho realmente!.


Hoy unos hombres muy raros llegaron a la escuela. Nos han preguntado sobre cosas muy extrañas, como por ejemplo: ”¿ Jugabas mucho con Anne?” , ”¿Eras amiga de Anne?”, ”¿Se llevaban bien?”. Creo que Anne no se divirtió tanto como yo, y eso realmente me apena.
¡Hoy hice una nueva amiga!. Se llama Michelle. Es nueva en la clase. ¡Es una niña tan buena!, pero aveces me molesta. ¿ Tal vez deberia jugar con ella como lo hice con Anne?. ¡Eso haré!.¡ Así no me molestará más y las tres seremos amigas!.

Blindmaiden.com + Polybius

Tal vez se trate sólo de eso, de una nueva leyenda urbana; pero de no ser así, nos encontraríamos ante un suceso escalofriantemente desconcertante que nos llevaría, una vez más, a la terrible conclusión de que no existen límites ni fronteras para el horror. Un horror que se adapta camaleónicamente a los tiempos y se vale de todos sus eventos para manifestarse ante nosotros.
Son muchos los que cuentan haber entrado al sitio web «www.blindmaiden.com» (blind maiden  significa «doncella ciega»). Ahora bien, dado que el mito se ha extendido por internet, existen muchas páginas falsas. El servidor original de blindmaiden.com se dice que está alojado en los Países Bajos. Si das con la página correcta descubrirás que, si pretendes acceder a ella, por más que lo intentes tu buscador no te lo permitirá, ya que para hacerlo deberás cumplir tres condiciones:
Encontrarte completamente solo, hacerlo exactamente a la medianoche de un día sin luna y tener apagadas todas las luces de tu casa.

Buscaminas

No me importa si no me creen, tampoco si me creen lo que les voy a contar es cierto y me paso.
Estaba jugando Solitario Spider en mi computadora Windows XP como usualmente lo hacia a las 3 de la tarde despues de salir de la escuela y al final de perder 4 veces seguidas decidi probar un nuevo juego. Recordé que el tio que me vendió esta computadora a mitad de precio menciono algo de que estaba embrujada y nose que mas no le puse mucha atención.
Decidí abrir un juego con una mina como icono su nombre era "buscaminas".
Había oido que este juego era muy divertido para pasar el rato y cosas así, cuando lo ejecute observe detenidamente el juego;
una carita feliz, muchos cuadros y 2 marcadores con luces rojas.
Al principio no sabia lo que hacia solo perdía y perdía, despues de 69 jugadas me desespere y decidi marcar todos los espacios con banderitas y seguido de eso oprimí la carita feliz y una ventana emergente aparecio con el siguiente mensaje:
"You shouldn't have done that..."
Al principio no me lo tome enserio pero despues la carita feliz se transformo en una carita triste y el marcador de minas marco los numeros 666.
Lo primero que hice y que pienso que harian todos fue cerrar el buscaminas pero al instante se abrio una y otra vez. Estaba solo en mi casa y la locura empezo a sentirse en mi.
Choque mi cabeza con la pantalla hasta sangrar y le lanze una patada de una manera violenta a el CPU. Trate de apagar la computadora con el botón y no funciono, al final no me quedo mas remedio que desconectar la computadora desde el cable y de la nada hubo un corto circuito que me dejo en coma por 1 semana, al despertar le conte todo a mis padres y a los doctores nadie me creyo todos me dijieron loco y les trate de demostrar lo contrario, los lleve a mi cuarto donde estaba mi computadora la encendí, abrí el buscaminas en mi computadora y al hacer lo mismo que había hecho la anterior vez nada pasó, solo veia esa maldita cara amarilla con una malvada sonrisa que solo yo podia ver.
Esa carita arruino mi vida, fui internado 2 años en un Hospital psiquiátrico, del cual no quiero contar mis experiencias.
Hoy después de 2 meses de haber salido decidí prender mi computadora pero tan solo para contarles esto, no tengo mucho tiempo ya que el buscaminas sigue en muchas otras computadoras y quien sabe cuantas otras tendrán esa maldición... 



No juego mas buscaminas



¿COMO LE VENDES EL ALMA AL DIABLO?

En nuestra moderna sociedad estamos inmersos en un mar de ignorancia, supersticiones, habladurias, bullshit, pseudoreligiones, profetas del mal, anticristos, y demás componentes de esta variada fauna, y lo peor no es eso, lo peor es que hay mucho imbécil que les cree, sino lean y juzguen por sí mismos:
¿COMO LE VENDES EL ALMA AL DIABLO?
PELIGRO : UNA VEZ INICIADA LA INVOCACION, YA NO HAY MARCHA ATRAS.
ASI QUE SI LO HACES TODO CORRE A TU PROPIA CUENTA.
"...Se comenzara con la invocación:
IN NOMINE DEI NOSTRI SATANAS LUCIFERI EXCELSI
En nombre de Satanas, que rige el mundo y es el Rey de la Tierra, Yo ordeno a las Fuerzas de las Tinieblas, que me otorguen todos sus Infernales Poderes.....
"Poderoso Satan, antiguo Señor del mundo, esta noche estoy ante Ti para declarar y confirmar mi alianza para contigo. De Verdad he tomado Tu Nombre como parte de mi mismo. Siempre ha sido asi, pero he vivido mucho tiempo ignorante de mi naturaleza. Estoy agradecido de saber quien y que es lo que soy. Estoy orgulloso de ser uno de los Tuyos y de denominarme Satanista".
"Poderoso Satan, esoy ante Ti con todo lo que tengo. te ofrezco mis dones y aptitudes, mis talentos y capacidades, mis habilidades, mi vida (Aqui deberas ofrecerle todo lo que te hace destacar, es decir tus aptitudes al Rey del Averno). Y aun asi no tengo nada que ofrecer que no haya sido tuyo desde el Principio, ahora soy consciente de toda esta circunstancia".
"Oh, Poderoso Señor de las Tinieblas, dame Inteligencia y Razon Satanicas, Guiame Oh Satan, al Sendero Siniestro. Quedate conmigo en todo lo que haga. Abre las Puertas de la Magia Infernal y Enseñame la Sabiduria Antigua".
"Shemhamforash!"
Mi alma a ti entrego ohhh gran maestro de las tinieblas, por hoy y por siempre.
a cambio te pido ( pides tu lo que quieras )
"Salve Satan" "Salve Lucifer" "Salve Belial" "Salve Leviatan" "Salve, Todos los Espiritus con Nombre o Sin Nombre, de las Profundidades del Abismo, que ahora estan conmigo..."
Asi Sera....
Ahora despide las Fuerzas que evocaste de la misma manera que las iniciaste...
IN NOMINE DEI NOSTRI SATANAS LUCIFERI EXCELSI

Mi diario (Necropasta!)

Julio 12
Desperté hoy en la mañana y Angie no estaba, sólo pude notar que había manchado la cama. ¡Maldición!, odio cuando hace algo mal y luego no está, y luego la maldita resaca. Tendré que hablar seriamente con ella, pero hoy tuve mucho que hacer y estoy demasiado cansado, quizás mañana…
Julio 13
No he visto a Angie en todo el día, debía hablar con ella hoy, pero tuve que ir a ver a Julie. Sé que es un poco arriesgado, pero mientras ella no lo descubra estaré bien, probablemente no la vea hasta mañana. Julie me está esperando en el parque, así que debo irme. Hablaré con Angie cuando regrese, si es que la encuentro, claro está.
Julio 14
Ayer tuve una noche increíble con Julie, el sexo fue lo mejor de todo. El hecho de que alguien nos encuentre en el acto nos excitaba más y más. Hoy volví a casa y encontré a Angie en la cocina, y recordé que es el único lugar de la casa en donde se siente más a gusto. Le hablé del hecho de hace dos días y se quedó muda como siempre, ¡odio cuando hace eso!, esa maldita actitud me vuelve loco. En fin, estoy muy cansado ahora como para seguir discutiendo, así que iré a dormir, mañana tengo un día bastante pesado.
Julio 15
Hoy por la madrugada escuché unos ruidos extraños en el patio. Al principio no le tomé importancia, pero luego se volvieron más y más sospechosos, así que decidí ir a ver qué era lo que estaba sucediendo. Me asomé por la ventana y vi a los hijos de la Sra. Dawson, mi vecina. ¡Esos mocosos malcriados! Un día me encontrarán de muy mal humor y las pagarán.
Julio 20
Luego de unos días, vuelvo a escribir en mi diario. ¡Se siente tan bien! Es como si yo mismo me contara lo que me pasó en el día, además, ¿quién más podría entenderme más que yo? ¿O quién podría darme más confianza que yo mismo? Apuesto que Angie no, no le gusta hablar mucho y eso me enfurece, a veces pienso por qué estoy con ella. Supongo que por su escultural cuerpo, es como la Venus de Milo, eso hace del sexo una experiencia maravillosa.
Julio 21
Comienzo a sentir un olor horrible en la casa. Seguro fueron esos odiosos hijos de la Sra. Dawson. Deben de haber metido excremento de animal en el respiradero nuevamente, como hicieron hace un mes. Mañana me ocuparé de ellos, debo poner fin a esto.
Julio 22
Angie piensa que mañana debo trabajar hasta tarde, pero no. Mañana aprovecharé para ir donde Julie, no la veo desde hace unos días. A pesar de conocernos muy poco, nos queremos muchísimo. De alguna manera me siento mal por Angie, ¡pero se lo merece! Eso le enseñará a cambiar esa estúpida actitud.
Julio 23
Como siempre, el sexo con Julie fue increíble. Hoy el guardaparques casi nos descubre, fue tan excitante que me dejó bastante exhausto. Iré a dormir, mañana revisaré el respiradero y retiraré el excremento o lo que sea que esos engendros hayan dejado. Sé que el olor es asqueroso, y que a Angie le debe molestar, pero si es así, que lo retire ella. Por mi parte, tomaré una píldora e iré a dormir.
Julio 24
Hoy me sentí mal por Angie. Sentí la tristeza en su interior y vi que había sido un tonto. Pero su actitud, Dios, ¡esa actitud! Fue la misma que mostraron Alice, Martha, Eva y Sídney y fue la misma actitud que me llevó a terminar con ellas. Da igual, he sido un tonto con Angie, no dejaré que esta relación se desmorone por tonterías como ésa. Por cierto, revisé el respiradero y no encontré nada, ¡mocosos idiotas! Deben de haber dejado el “paquete” en algún otro lugar.
Julio 25
No pude más, esto me mataba. La frialdad y el silencio de Angie me hacían sentir miserable, así que le conté de Julie. No dijo nada, pero sabía que estaba destrozada, así que le pedí perdón y prometí no volver a ver a Julie. Iré abajo, le daré el abrazo más dulce de todos y luego le haré el amor como nadie se lo hizo jamás. Creo que me siento mejor ahora. Mañana iré al parque a encontrarme con Julie y le diré que no puedo verla más, espero que entienda. Los hijos de la Sra. Dawson se fueron de excursión hace unos días, así que mañana deberían estar de vuelta, y cuando lleguen, los haré pagar todo.
Julio 26
Fue el mejor sexo de reconciliación que he tenido en mi vida. Amo a Angie, sólo es y nada más. Ojalá pudiera recordar en dónde enterré su cabeza para agradecerle. Me daré un baño, el olor nauseabundo de lo que sea que hayan dejado los estúpidos hijos de la vecina se nos ha impregnado a ambos. Luego iré donde Julie a terminar con esto, ojalá esos odiosos perros no la hayan desenterrado otra vez. Más tarde me ocuparé de los mocosos y los enterraré en mi patio, así verán que no es divertido meterse en casas ajenas…

Vanessa

1/03/2001
Querido Diario, aunque no lo creas, la he visto. Después de soñar muchas veces con ella, al fin la vi. Bueno, no del todo… pero por algo se comienza, ¿no?
2/03/2001
Al fin pude admirar su bello pelo negro alborotado por el viento; así me fascina, con hojas rozándole. Su piel es algo grisásea, pero no importa, ella recuperará su color, su color original. Lo sé. Yo sé que es demasiado pronto, pero puedo ver en sus ojos curiosidad y a la vez algo de alegría. Espero poder dibujar en su bello rostro una hermosa sonrisa que sea digna de sus carnosos labios.
5/03/2001
Su piel ha pasado de gris a un rosa pálido, sus mejillas son sonrojadas, sus labios expresan una sonrisa, sus ojos azules me miran con ternura… Yo sé que ella me ama, me lo ha dicho con su mirada, pero noto cierta melancolía en ella. Sí, yo también estoy algo triste; mis amigos dicen que paso mucho tiempo con ella y que debería abandonarla… Tontos, ellos no saben lo que es el amor.
20/03/2001
Me pasé toda la mañana mirándola, queriendo besar sus hermosos labios… pero no puedo. Deseo poder tocarla, oler su aroma a vainilla que expide, amo tanto a Vanessa que moriría por ella; sí, su nombre es Vanessa, ella me lo sopló al oído. La necesito… pero ¿por qué no podemos estar juntos? Cruel destino
2/05/2001
No puedo más. Tanto tiempo cerca de ella, mirándola, sonriéndole… ¡y sin poder amarla! No puedo, no quiero vivir sin ella, sin mi querida Vanessa… Ella es mi mundo. Estaré con ella cueste lo que cueste, ayer pude sentir un “te amo” queriendo escapar de sus labios y lágrimas queriendo resbalar por sus mejillas… No quiero vivir sin ella.
4/05/2001
Mis amigos y conocidos me dicen maniático, han intentado separarnos y destruirla. ¿Por qué? Todo lo que ella me ha dado es felicidad… Antes de ella era un despojo humano y ahora puedo sonreír. No me importa si ella sólo es un momento capturado en un cuadro, si sus labios carmesí fueron creados por mi pincel, si su piel está plasmada en óleo… Sólo sé que le quiero entregar mi color rojo interior para por fin fundirnos en uno solo. Hoy mismo terminaré con esta pesadilla, me sentaré junto a su lado y le daré todo lo que soy… hasta quedarme sin aliento y calor. Al principio dolerá, pero sé que si Vanessa me ama, todo estará bien…


Dulces sueños

—¿Lo escucha, verdad? —pregunté sonriente, mientras veía la ventana detrás de ella, donde las cortinas tapaban cualquier entrada de luz, u oscuridad.
—¿Escuchar qué? —preguntó con una expresión entre dudosa e irritada, mientras lentamente giraba su rostro hacia la ventana.
—La lluvia. Pronto lloverá —terminé con una sonrisa en mis labios. Dejé de mirar a la ventana y la miré a ella. Su rostro ya viejo no la dejaba apreciar muchas de las cosas que daba la vida; la seriedad en sus ojos mostraba indicios de que le importaba poco lo que decía.
Meneó la cabeza y acomodó de nuevo los papeles en la mesa. Suspiró agobiada y el teléfono de su escritorio comenzó a sonar. Contestó a la llamada y como si fuese natural, me miró frustrada y salió de la habitación con el teléfono aún posado en su mejilla.
Me quedé en la habitación al menos más tiempo del que creí que la llamada duraría, y el silencio comenzó a invadir el cuarto. El «tic-tac» del reloj pasó a ser lo único que escuchaba y su voz, su chillada voz se empezó a escuchar en mi cabeza. Meneé la cabeza y respiré hondo. Me enrosqué en el asiento dejando mis rodillas alrededor de mis brazos y comencé a tararear. ¿La luz de la habitación siempre había sido tan oscura? En este momento no lo recordaba. Su voz, de nuevo, me hablaba. Lo único que lograba mantenerme calmada era los latidos de mi corazón que cada vez parecían acelerarse más. Comencé a respirar entrecortadamente y cerré mi ojos.
—Bien, ¿en qué estábamos? —Su voz me despertó de mis pensamientos y abrí los ojos con sobresalto. Miré a mi alrededor y el foco del techo iluminaba toda la sala. Saqué un suspiro de satisfacción y me reincorporé en la silla, quitándome el sudor de mi frente con el dorso.
Se sentó y entrelazó sus dedos dejándolos sobre los papeles y frente a ella.
—Cuéntame Alice, ¿volviste a tener pesadillas?
—Supongo que ya son parte de mis recuerdos, Meredith. Aunque… irónicamente no recuerdo mucho lo que soñé. —Mentí, sonriente, mientras seguía mi vista a la nada.
—Tu mamá dijo que estuviste gritando por horas, y que rasguñaste tus propios brazos; ¿me dejarías ver? —Sus ojos se posaron en mis brazos y yo tan sólo alargué la manga de mi blusa para que no se viesen mis muñecas. Me paré de donde estaba sentada y caminé hacia la ventana, abrí una de las cortinas para ver el cielo, aparentando no escuchar lo siguiente que venía—. Al menos cuéntame cómo empezó todo.
Al final supongo que todo empezó por jugar de más, como siempre sucede. Era uno de esos días en los que la curiosidad osa por matar al gato, en un decir, por supuesto. Mi amiga Danielle había visto en línea un nuevo juego del que conocíamos poco, pero que las películas americanas —según ella— lo volvían una cosa asombrosa. Las reglas pedían más de dos personas, así que Danielle insistió en invitar a otra chica, de la cual, su nombre hasta la fecha desconozco.
Las tres nos reunimos un viernes en la noche si puedo recordar. La chica de la que el nombre, e incluso voz, desconocía quería comunicarse con una amiga suya que había fallecido, y como nosotras no tuvimos objeción, así fue.
Era uno de esos juegos espiritistas de magia negra, al final no pensé que nada extraño fuese a suceder. Había sido en mi casa, en mi cuarto para ser más precisa. Mis padres se habían divorciado desde hace meses así que mi padre ya no vivía con nosotras, y mi madre se la pasaba todas las noches en los bares, en busca de «su nuevo amor». Habíamos apagado las luces y tres velas estaban en el centro en forma triangular. Nos habíamos sentado en círculo cruzando nuestras piernas. Cerramos nuestros ojos y agarramos nuestras manos, nos balanceamos de un lado al otro lentamente como en las películas. Danielle comenzó a musitar palabras que tenía escritas en un papel y que sencillamente carecían de algún sentido lógico.
—Sé que estás ahí, espíritu. Nosotras somos esclavas de la oscuridad, vírgenes de la luz. Invade nuestras almas más no nuestras mentes. No dejes que la locura nos asesine. Permítenos ser testigos de tu poder, oh Gran Señor.
Ella continuó hablando y de pronto la otra chica comenzó a gritar, horrorizada. Quitó la mano con agresividad de la mía y de la de Danielle y se echó a llorar. Las velas se apagaron al unísono y de la ventana un aire furioso sopló contra nosotras.
—¡Idiota! ¡No puedes cerrar el ritual tan abruptamente! —gritó Danielle mientras azotaba el papel que tenía contra el piso. La chica desconocida salió corriendo de mi cuarto, Danielle la siguió y se despidió de mí con un «luego te llamo» después de un guiño.
Yo me quedé ahí, sentada. El aire comenzó a soplar entre mi cuello y me quedé atónita, mirando a la nada. No recuerdo cómo dormí esa noche, y ciertamente, no recuerdo si dormí esa noche.
Los siguientes días pasaron fuera de lo normal. Escuchaba voces donde no las había. Pensamientos escalofriantes se cruzaban por mi mente y no podía negar que comenzaban a incitarme. Las pesadillas fueron la gota que derramó el vaso; cada vez, cada día, eran más atroces y demostraban lo que las voces en el día me impulsaban a hacer. En uno de mis sueños me encontraba parada frente a mi habitación, había alguien frente a mí, de espaldas, hincado de rodillas y llorando. Era mi madre, Carolina. Le preguntaba por qué lloraba, ella sólo negaba con la cabeza. Con duda me le acerqué y toqué con mi mano su hombro, diciéndole que no tenía por qué llorar. No veía su rostro, seguía encorvada. Tenía algo entre sus manos que no lograba divisar.
—Mamá, ¿qué traes…? —Solté su hombro para acercarme y ella volteó hacia mí, furiosa. Su rostro se encontraba demacrado y aparentaba tener al menos setenta años de edad. Se paró de donde estaba y sin soltar su objeto, retrocedió varios pasos hasta encontrarse con la pared de mi habitación.
—No… lo toques… —musitó, entrecortadamente—. Ahora tu padre no podrá estar con nadie más que conmigo —dijo riendo, mientras apretaba el objeto de sus manos con más presión—. ¿Querido?, tu hija quiere verte.
Mi madre con sus manos temblorosas lentamente descubrió con la sábana lo que cubría el objeto de su deseo. Era la cabeza de mi padre, la cual parecía haber sido vilmente mutilada. El verla causó un impacto inmediato en mi estómago, provocando que vomitase. Los ojos de mi padre seguían abiertos, sus párpados parecían estar unidos a sus cejas con una especie de pinza y de igual manera las comisuras de sus labios unidas a las mejillas formando una sonrisa, una gran sonrisa.
—¿Ves? Tu papi está feliz de verte, cariño. Antes siempre estaba serio —dijo mirando fijamente hacia abajo, pensativa. De pronto volteó hacia mí, con una sonrisa tan exagerada y escalofriante que no me permitía seguir mirándola—. Quizás también deba hacer algo contigo para que estés siempre feliz…
Se acercó lentamente a mí, aún con mi padre entre sus dedos. Quería gritar, pero algo me lo impedía. Quería salir corriendo de allí pero no podía moverme. Siempre que se encontraba la persona de mis sueños a centímetros de mí, siempre y sólo en ese instante, despertaba.
Los escenarios y las personas en mis pesadillas cambiaban frecuentemente. Como la vez que soñé que mi vecina dividía en dos a su perro con sus propias manos, o cuando la llorona amiga estrangulaba a Danielle. Todas las personas que conocía aparecían haciendo cosas a las que en la vida real nunca se atreverían, para luego acercarse a mí y querer hacer lo mismo conmigo.
Y sin importar los escenarios, las personas o las situaciones en las que me encontrase, siempre despertaba con las uñas manchadas de sangre.
Las voces en mi cabeza también comenzaban a dominar la situación. Había varias, y siempre me decían que hiciese cosas, que de esa manera «todo acabaría». Pero había una voz, una de todas las que escuchaba, que parecía la dominante. Parecía conocer mis debilidades, aquello que me hacía daño, aquello que me molestaba escuchar. Siempre lograba salir en los momentos en que menos la necesitaba. Su voz tan irritante me hacía gritar para que cesase. Aunque también sabía cuándo cerrar la boca: sabía que cuando la oscuridad se apoderaba de mí alrededor, era cuando no debía ser escuchada. Porque en ese momento en el que el temor entraba por voluntad propia, ella no debía ni intervenir.
«Todo estará bien. Sólo hazlo».
Ahí estaba de nuevo.
—¿Alice, me escuchas? ¿Alice? ¡Alice! —sentí una huesuda mano en mi hombro y, por reflejo, volteé asustada, despertando de mis pensamientos—. Llevo media hora parada a un lado tuyo. ¿Estás bien?
—Estoy… bien… —musité mientras seguía pasmada en mis pensamientos. Miré con el rabillo de mi ojo a Meredith, la cual seguía detrás de mí, parada con las manos unidas frente a ella. Su mirada juzgadora parecía leer cada parte de mi cuerpo, y eso me aterraba. ¿Habrá descubierto todo lo que he soñado? No, imposible. Sólo es una psicóloga novata. Ni siquiera ellos pueden leer la mente de las personas, incluso aunque se hayan especializado para creer lograrlo. Lo único que parecían hacer sus consultas era recordarme aquellos sueños, en lugar de hacerme olvidarlos.
Miré atentamente cómo levantó una ceja, intentando leer mis acciones.
«Esto es un sueño, ¿no lo comprendes? Mira su rostro, pronto; cuando te descuides, intentará matarte».
¿Un sueño? Ahora que lo pensaba no recordaba haberme levantado, pero me parecía poco probable que todo esto lo hubiese imaginado. Comencé a temblar. Mis manos se volvieron torpes y desde el reflejo de la ventana, su rostro aparentaba conocer lo que pasaba.
—Alice, ¿te encuentras…?
Antes de que pudiese terminar la frase, esquivé su cuerpo, me situé tras el sillón donde antes estaba y dejé mi cabeza visible para ver qué intentaría hacer. Curvó sus cejas y meneó la cabeza. Quizás esto realmente era un sueño… o mejor dicho, una pesadilla. ¿Despertaré cuando ella se encuentre a centímetros de mí, intentando asesinarme?
Mi respiración se hizo acelerada y una risa se liberó en mi cabeza; se divertía, parecía disfrutar mi sufrimiento. Me encontraba confundida y ella ignoraba mis gritos ahogados de ayuda.
El «tic-tac» del reloj pasó a primer plano y la voz de Meredith se escuchaba poco a poco menos.
«Intentará matarte, tú lo sabes, ¿dejarás que esta vez logre su cometido?».
—No… —pude lograr musitar. Respiré entrecortado y la miré a los ojos, desconfiada.
—¿No, qué? —preguntó.
Comencé a morder mi labio inferior con desesperación. Aun cuando comencé a sentir el sabor metálico en mi garganta por tal acción, no me detuve. ¿Esto era realmente un sueño? ¿Por qué aparentaba ser tan real entonces? Tragué la sangre que sentía en mi boca y me puse en pie, decidida.
—Alice, parece que la muerte de Danielle empezó a afectarte de una manera no pronosticada, déjame ayudarte a…
—¡Ella no está muerta! —grité horrorizada, mientras comenzaba a apretar la parte de arriba del sillón que se encontraba en mis manos. Comencé a escuchar los «tic-tac» del reloj más acelerados de lo que normalmente se escuchaban e invadieron por completo mi cabeza. Me hinqué ante tal acción y con desesperación cubrí mis orejas con mis manos, intentando pararlos.
—No —empecé a musitar—… esto es sólo un sueño… Ella no…
«¿Es realmente un sueño, Alice?».
Su risa chillona se escuchaba en mi cabeza haciendo eco con las otras voces. Todas parecían unirse como si de una fiesta se tratase; una fiesta donde mi cordura estaba en juego.
Comencé a respirar mucho más aceleradamente de lo que, incluso en mis sueños, sucedía.
Si esto en realidad era uno de mis sueños, podía jurar que era el peor de todos, y todavía no sucedía la parte donde intentaban asesinarme. Corrí hacia la ventana y miré hacia Meredith, furiosa.
—¿Pero qué estás…?
El dolor punzante que sentí al romper el vidrio era peor de lo que hubiese imaginado. La sangre comenzó a recorrer de mi mano a mi brazo izquierdo lentamente mientras manchaba parte de la manga de mi blusa, la cual, ahora con el pulso un poco tembloroso, remangué. Alcé la mirada lentamente y Meredith comenzó a buscar frenéticamente algo entre los cajones de su escritorio, mientras sacaba con desesperación algo de su bolsa. No captaba del todo lo que estaba diciendo, pero lucía asustada.
Quité mi puño de la ventana y pequeños, pero diminutos trozos de vidrio se quedaron. Al parecer no había sido lo suficientemente doloroso como para despertarme, pero el ardor no cesaba.
Busqué con la mirada el sujeto de mi alucinación, pero la sala se encontraba de nuevo vacía; caminé lentamente hacia la puerta, pero unas huesudas y ya conocidas manos cubrieron mi cuello. Tal acción me sobresaltó, y tragué saliva lentamente, intentando no alterarme. ¿Dónde estaba aquella voz de mi cabeza? La necesitaba ahora más que nunca, tenía que haber algo que me dijese que esto era un sueño.
Giré mi cabeza lo más que pude y se me permitía y su rostro se encontró con el mío, sonriendo exageradamente, y más de lo que hubiese imaginado. La observé atentamente y su rostro comenzó a lucir familiar en mi mente. Sus ojos, sin pestañas, estaban irritados. Aquellas facciones estaba segura de haberlas visto en otro lado, pero sus dedos comenzaron a encajar tanto en mi cuello que llegué a creer que todo era coincidencia.
Soltó mi cuello y rápidamente me alejé de ella. Lucía diez años más vieja que antes, su ropa y su cabello lucían desgastados, frágiles e incluso parecía que se podían romper al tacto. A cada paso que me alejaba, ella se acercaba uno a mí. ¿Qué había sucedido con ella?
—Estoy soñando —respondí, poco convencida, pero su rostro no se había inmutado ante tal respuesta.
—¿Es realmente un sueño, Alice? —Esa voz, aquella chillona voz que sólo escuchaba en mi cabeza, ahora era emitida por Meredith. Sonrió mirándome a los ojos, deseosa de que fallase, deseosa de ganar. Su sonrisa era brillante, pero en las puntas de sus afilados dientes había manchas oscuras color carmesí. Intenté ignorarlas.
—Siempre sucede lo mismo; en cuanto estés a centímetros de mí, intentando matarme, despertaré, ¿no es cierto? —respondí, con la respiración un poco acelerada, tratando de convencerme más a mí misma que a ella.
—¿Es realmente un sueño, Alice? —volvió a preguntar.
Sin darme cuenta, ahora se encontraba más cerca de mí.
Comencé a gritar. Grité tan fuerte como me era posible, pero ningún sonido se emitió de mi boca. Mis pies tampoco se movían; parecían estáticos y sin vida. En mis ojos se reproducían aquellas pesadillas que tanto odiaba, y todo el dolor que se había propagado en tales sueños se redirigía a mi cuerpo. Sentí lágrimas recorriendo lentamente mis mejillas. Escuché atentamente cómo los latidos de mi corazón aceleraron una vez más su ritmo y cerré los ojos.
Las comisuras de mis labios se elevaban, como si lo disfrutase, mientras el dolor se incrementaba en mi cuerpo. Ya no controlaba mis propios movimientos corporales y el dolor parecía inaguantable.
Tallé mis ojos y respiré hondo. Los abrí de nuevo y la sala se encontraba completamente vacía.
Miré mis manos y ambas estaban manchadas de sangre.
Redirigí mi vista, ya cansada, hacia la esquina de la habitación, y mi cuerpo se heló por completo.
—Dulces sueños —susurró, y mi vista se apagó dejando todo a mi alrededor negro y con olor a sangre.
—Danielle…


- Dulces SUeños!!!

La ventana abierta

—Mi tía bajará enseguida, señor Nuttel —dijo con mucho aplomo una señorita de quince años—, mientras tanto, debe hacer lo posible por soportarme.
Framton Nuttel se esforzó por decir algo que halagara debidamente a la sobrina, sin dejar de tomar debidamente en cuenta a la tía que estaba por llegar. Dudó más que nunca que esta serie de visitas formales a personas totalmente desconocidas fueran de alguna utilidad para la cura de reposo que se había propuesto.
«Sé lo que ocurrirá», le había dicho su hermana cuando se disponía a emigrar a este retiro rural. «Te encerrarás no bien llegues y no hablarás con nadie y tus nervios estarán peor que nunca debido a la depresión. Por eso te daré cartas de presentación para todas las personas que conocí allá. Algunas, por lo que recuerdo, eran bastante simpáticas».
Framton se preguntó si la señora Sappleton, la dama a quien había entregado una de las cartas de presentación, podía ser clasificada entre las simpáticas.
—¿Conoce a muchas personas aquí? —preguntó la sobrina, cuando consideró que ya había habido entre ellos suficiente comunicación silenciosa.
—Casi nadie —dijo Framton—. Mi hermana estuvo aquí, en la rectoría, hace unos cuatro años, y me dio cartas de presentación para algunas personas del lugar.
—Entonces no sabe prácticamente nada acerca de mi tía —prosiguió la aplomada señorita.
—Sólo su nombre y su dirección —admitió el visitante. Se preguntaba si la señora Sappleton estaría casada o sería viuda. Algo indefinido en el ambiente sugería la presencia masculina.
—Su gran tragedia ocurrió hace tres años —dijo la niña—; es decir, después de que se fue su hermana.
—¿Su tragedia? —preguntó Framton; en esta apacible campiña las tragedias parecían algo fuera de lugar.
—Usted se preguntará por qué dejamos esa ventana abierta de par en par en una tarde de octubre —dijo la sobrina señalando una gran ventana que daba al jardín.
—Hace bastante calor para esta época del año —dijo Framton—, pero ¿qué relación tiene esa ventana con la tragedia?
—Por esa ventana, hace exactamente tres años, su marido y sus dos hermanos menores salieron a cazar por el día. Nunca regresaron. Al atravesar el páramo para llegar al terreno en donde solían cazar, quedaron atrapados en una ciénaga traicionera. Ocurrió durante ese verano terriblemente lluvioso, y los terrenos que antes eran firmes de pronto cedían sin que hubiera manera de preverlo. Nunca encontraron sus cuerpos. Eso fue lo peor de todo.
A esta altura del relato la voz de la niña perdió ese tono seguro y se volvió vacilantemente humana.
—Mi pobre tía sigue creyendo que volverán algún día, ellos y el pequeño spaniel que los acompañaba, y que entrarán por la ventana como solían hacerlo. Por tal razón la ventana queda abierta hasta que ya es de noche. Mi pobre y querida tía, cuántas veces me habrá contado cómo salieron; su marido con el impermeable blanco en el brazo, y Ronnie, su hermano menor, cantando como de costumbre «¿Bertie, por qué saltas?», porque sabía que esa canción la irritaba especialmente. Sabe usted, a veces, en tardes tranquilas como las de hoy, tengo la sensación de que todos ellos volverán a entrar por la ventana…
La niña se estremeció… fue un alivio para Framton cuando la tía irrumpió en el cuarto pidiendo mil disculpas por haberlo hecho esperar tanto.
—Espero que Vera haya sabido entretenerlo —dijo.
—Me ha contado cosas muy interesantes —respondió Framton.
—Espero que no le moleste la ventana abierta —dijo la señora Sappleton con animación—; mi marido y mis hermanos están cazando y volverán aquí directamente, y siempre suelen entrar por la ventana. No quiero ni pensar en el estado en que dejarán mis pobres alfombras después de haber andado cazando por la ciénaga. Tan típico de ustedes los hombres, ¿no es verdad?
Siguió parloteando alegremente acerca de la caza y de que ya no abundan las aves, y acerca de las perspectivas que había de cazar patos en invierno. Para Framton, todo eso resultaba sencillamente horrible. Hizo un esfuerzo desesperado, pero sólo a medias exitoso, de desviar la conversación a un tema menos repulsivo; se daba cuenta de que su anfitriona no le otorgaba su entera atención, y su mirada se extraviaba constantemente en dirección a la ventana abierta y al jardín. Era por cierto una infortunada coincidencia venir de visita el día del trágico aniversario.
—Los médicos han estado de acuerdo en ordenarme completo reposo. Me han prohibido toda clase de agitación mental y de ejercicios físicos violentos —anunció Framton, que abrigaba la ilusión bastante difundida de suponer que personas totalmente desconocidas y relaciones casuales estaban ávidas de conocer los más íntimos detalles de nuestras dolencias y enfermedades, su causa y su remedio—. Con respecto a la dieta no se ponen de acuerdo.
—¿No? —dijo la señora Sappleton ahogando un bostezo a último momento. Súbitamente su expresión revelaba la atención más viva… pero no estaba dirigida a lo que Framton estaba diciendo.
—¡Por fin llegan! —exclamó—. Justo a tiempo para el té, y parece que se hubieran embarrado hasta los ojos, ¿no es verdad?
Framton se estremeció levemente y se volvió hacia la sobrina con una mirada que intentaba comunicar su compasiva comprensión. La niña tenía puesta la mirada en la ventana abierta y sus ojos brillaban de horror. Presa de un terror desconocido que helaba sus venas, Framton se volvió en su asiento y miró en la misma dirección.
En el oscuro crepúsculo tres figuras atravesaban el jardín y avanzaban hacia la ventana; cada una llevaba bajo el brazo una escopeta y una de ellas soportaba la carga adicional de un abrigo blanco puesto sobre los hombros. Los seguía un fatigado spaniel de color pardo. Silenciosamente se acercaron a la casa, y luego se oyó una voz joven y ronca, que cantaba: «¿Dime, Bertie, por qué saltas?».
Framton agarró deprisa su bastón y su sombrero; la puerta de entrada, el sendero de grava y el portón, fueron etapas apenas percibidas de su intempestiva retirada. Un ciclista que iba por el camino tuvo que hacerse a un lado para evitar un choque inminente.
—Aquí estamos, querida —dijo el portador del impermeable blanco entrando por la ventana—, bastante embarrados, pero casi secos. ¿Quién era ese hombre que salió de golpe no bien aparecimos?
—Un hombre rarísimo, un tal señor Nuttel —dijo la señora Sappleton—; no hablaba de otra cosa más que de sus enfermedades, y se fue disparado sin despedirse ni pedir disculpas al llegar ustedes. Cualquiera diría que había visto un fantasma.
—Supongo que ha sido a causa del spaniel —dijo tranquilamente la sobrina—; me contó que los perros le producen horror. Una vez lo persiguió una jauría de perros parias hasta un cementerio cerca del Ganges, y tuvo que pasar la noche en una tumba recién cavada, con esas bestias que gruñían y mostraban los colmillos y echaban espuma encima de él. Así cualquiera se vuelve pusilánime.
Buenas noches :) 
La verdadera historia de phineas y ferb...........

La serie sigue las aventuras de los medio hermanos Phineas y Ferb junto con sus amigos Isabella García-Shapiro, Buford Van Stomm y Baljeet Rai, quienes viven en un pueblo ficticio llamado Danville dentro del «Área de los Tres Estados» (no se sabe cuál es esa área ni dónde se encuentra, pero viven en el Condado de Jefferson), que en Latinoamérica se conoce como «Área Limítrofe». Su hermana mayor, Candace Flynn, se obsesiona con dos cosas a lo largo de la serie: la primera es frustrar los planes e ideas de sus hermanos, normalmente llamando a su madre para decirle lo que los chicos están haciendo en un esfuerzo por meterlos en problemas; y la segunda, es su novio Jeremy. Mientras tanto, Perry, su ornitorrinco de mascota, actúa como agente secreto para una organización gubernamental de animales llamada O.W.C.A. (Organización Sin un Buen Acrónimo en Latinoamérica y Organización Sin Acrónimo Chulo en España), en donde combate contra el malvado Dr. Heinz Doofenshmirtz. Generalmente, las confrontaciones entre Perry y Doofenshmirtz llevan a la destrucción de cualquier invento en el que Phineas y Ferb hayan estado trabajando o del cual hayan formado parte ese día.
Pero nadie sabe la verdadera historia, un misterio oculto que hay detrás todo esto…
Se me ocurrió entrar en al sitio web Disney Latino para concursar en esas «famosas videollamadas en Zapping Zone». Me inscribí, y tuve la suerte de entrar. En los días siguientes me llamaron y logré estar en vivo para Disney Channel concursando; respondí correcto casi todas las preguntas burdas y sin mayor importancia que hacían y esperé que sonara la tonta musiquita en la que gritan, «¡Wow, ganaste!», y eso. Mis premios fueron una polera de Perry, una agenda de Candace y el mejor y más importante, una entrada para ir a los estudios de Disney a ver cómo realizan Phineas y Ferb. Estaba muy emocionada. Al día siguiente me desperté muy temprano, en nada de tiempo me encontraba en los estudios.
La asistente que me acompañó sólo me explicó cosas aburridas y me dejó en una sala para que viera algunos episodios del programa. Comencé a ver el capítulo de cuando hicieron la Montaña Rusa y me pasé revisando mis demás capítulos preferidos un buen rato. Casi terminando me topé con uno extraño, que se titulaba «LA VERDADERA HISTORIA DETRÁS DE LOS HERMANOS». Curiosa, lo tomé, estaba en la parte más alta del estante pero con mi altura no me costó alcanzarlo… y empecé a verlo.
El video abría con Phineas construyendo un artefacto que le permitiría viajar devuelta al pasado, a sus primeros años de vida, para ver a su madre antes de su nacimiento. La escena continúa casi sin interrupciones hasta que acaba el artefacto y no demora en ingresar a éste, pero sin la compañía de su «hermanastro», quien parece estar completamente ausente del video. La imagen se pierde por unos segundos y comienzan a aparecer luces en la pantalla y un chirrido como de un CD rayado, muy irritante. Una imagen definida finalmente se forma. Aparece en pantalla Doofenshmirtz con Linda Flynn, besándose. Me pareció tierno, la verdad. Unos minutos después Doofenshmirtz dice, «Linda, quiero una vida contigo». Ella no responde, y Doofenshmirtz sigue mirándola con sus ojos llenos de brillo. Sólo tras un momento es que le dice, «No Doof, somos muy jóvenes… y yo tengo una vida, soy una cantante, y tú… mírate».
«¡Pero te amo!», solloza Doof. La siguiente escena me pareció repulsiva… Aparece Doofenshmirtz agrediendo de una forma horrible a Linda, tirándola del pelo, y gritándole, «ERES MÍA, ¿¡ENTIENDES!? ¡MÍA!». Le tapa su boca y la lleva hacia el cuarto. «Dejarás tu vida de estrella pop, o si no…».
«¿Qué…?», habla Linda con la respiración entrecortada. Él la lanza hacia la cama y grita, «¡Ya verás!». La siguiente escena parece ocurrir unos minutos después, empezando con Doofenshmirtz diciéndole a Linda, «Te dedicarás a cuidar este hijo, ¿entendiste? ¡Éste es mi hijo! ¡Mi hijo!», totalmente fuera de sí, mientras que Linda llora y se tapa avergonzada con las sábanas… Doofenshmirtz se va y luego se pasa a un corto de Linda con Candace en sus brazos. La pantalla se puso negra.
El video continúa con Linda bailando en un fierro con hombres a su alrededor arrojándole billetes, seguido de otra escena más de Linda; en ésta, hablando por teléfono: «Mi amor, estoy trabajando. Llegaré pronto. Te amo, Candace», cuando la puerta se abre: «Recibirás una buena paga esta vez», dice la sombra de un hombre encorvado —seguramente Doofenshmirtz—. «¿¡Qué quieres de mí!? ¡Déjame ya!», le reclamaba Linda llorando mientras el hombre se acerca para besarla. «Te quiero a ti, sólo esta noche, la última», decía él desesperado.
La imagen se perdió y apareció un mensaje:
«¡HEY, CURIOSO! ¿QUÉ TE PARECIÓ? ¿VERÁS DE NUEVO PHINEAS Y FERB?».
Me fui de ese lugar.
No he vuelto a ver Phineas y Ferb, por miedo, tal vez. Mantengo la esperanza de que nunca hagan público ese video. Pero comprendí muchas cosas sobre el parecido de Phineas y Doof, ambos con ese cabello de piña, ambos con la cabeza en forma triangular, ambos con ese caminado semi-encorvado. Es cosa de ver… Muchas veces los productores han desmentido la posibilidad de que Phineas fuera hijo de Doof, pero yo sé la verdadera historia.