Prediformol!!!


Esta historia viene de hace unas semanas. Usualmente recibo MPs de todo tipo, además de mensajes a mi Email, así que no es de extrañar de muchos de esos mensajes que me envían, sean raros o inquietantes. 

Todo esto empieza por un usuario, que prefiere no darme su identidad, y que curiosamente cambia de mail cada vez que me envía un mensaje. 


Él me cuenta que sabe cosas, que conoce información importante y que quiere que yo haga eco de la noticia. 

También me cuenta, que desde hace unas semanas, ve un auto, de color negro cromado, ante su casa, o bien en la lejanía, cuando sale a la calle. 

Todo esto que él me cuenta, dice que le ocurre desde que, participando con otro usuario de una conocida web "chan", que no mencionaré por spam, intentó entrar en algunos archivos en los que no debería meterse. 

Según me contó, él y el otro usuario estuvieron navegando durante horas en las webs ocultas tipo "The deep web", de información ilegal sacada de terceros, esto incluye gobiernos e instituciones. 

Lolita Slave Toy



Yo creo Esclavas Lolita de juguete. En caso de que no sepan a qué me refiero, es muy simple: Transformo chicas jóvenes en juguetes sexuales fácilmente manejables. Eso. Ellas no pueden escapar, resistirse, ni decir algo; ellas solo están ahí para tu diversión sádica. ¿Curioso del porqué?

2.1

Lolicon8: Sé de un lugar donde puedes cumplir tu fantasía.
Putrid-doll: ¿En serio? ¿Dónde?
Lolicon8: En el centro, es un burdel clandestino.
Putrid-doll: ¿Un burdel? ¿Y cuánto cobran? Sabes que aun dependo del dinero de mis padres.
Lolicon8: No te preocupes por el dinero, digamos que pagas en especie…
Putrid-doll: Eso no suena bien…
Lolicon8: ¿Qué tanto deseas hacerlo?
Putrid-doll: Touché, valdría la pena aunque terminara como la chica de réquiem por un sueño.
Lolicon8: Sólo un consejo… excédete, desquita tu pago al máximo y no te arrepentirás.
Putrid-doll: Me conoces, sabes que lo haré, dame la dirección.
Ahí estaba Alyssa Romanova (Liss), entrevistándose con una nueva clienta. Recibía a unos 40 al día, de los cuales apenas la mitad aceptaban los términos del acuerdo y muy pocos eran los que hacían peticiones interesantes. Frente a ella se encontraba una joven de diecinueve años, bastante delgada que evitaba hacer contacto visual, llevaba una falda corta y una camiseta de tirantes, su nombre era Jazmin Auz.
En su trabajo Liss estaba acostumbrada a observar a toda clase de esperpentos, depravados, exconvictos y mujeres tan horribles que resultaría difícil que consiguieran sexo gratuito, por lo que le pareció curioso tener a un espécimen como su interlocutor en el burdel. Se trataba de un muchacho alto de veinte años, con facciones delicadas, cabello negro rizado y una piel tan perfecta y blanquecina como la porcelana, además de portar gafas oscuras; de inmediato ella pensó en un Jim Morrison muy joven, lo único que disminuía ligeramente su atractivo era su pronunciada delgadez.
—¿Qué diablos te pasó en el ojo? —le preguntó Alice a su mejor amiga, a la cual parecía que le hubieran propinado una buena paliza.
—Si te lo contara no me lo creerías…
—Vamos, te conozco desde la primaria, sabes que puedes contarme lo que sea.
Su interlocutora meditó un poco, hasta que por fin se decidió a hablar.
—Bien… ¡cumplí mi fantasía! ¡La de Bundy!
—¡Pero es imposible! —argumentó ella, completamente incrédula.
—Eso creí yo, ¡pero sucedió! No lo sé… conocí un lugar bastante extraño, podría decir que tiene algo de sobrenatural.
—¡Dame la dirección!
—¿Qué piensas hacer?

El necrofago!

Ese día, Ahmar vagaba a pie por una de las calles de la fértil Idlib, lamentablemente borracho y mareado. Estaba perdido, y no sabía con seguridad hacia dónde se encontraba su casa. Pasaban las once y media cuando vagaba por una de las calles más viejas y oscuras, donde no había un alma.
Después de mucho trastabillar por aquí y trompicar por allá, se encontró finalmente con una persona, y no dudó en dirigirse hacia él.
ALYSSA ROMANOVA
Finalmente había terminado la entrevista con aquella chica pelirroja de enorme frente que resultó ser hija de Nacho Sixxx, y ahora caminaba como un condenado a muerte hacia la habitación 205. Susurraba palabras obscenas, injuriaba todo lo existente y sobre todo profería maldiciones a su estúpido eslogan acerca de cumplir cualquier fantasía. Ahora tenía que andar por el burdel como si fuera otra de las prostitutas con los pechos a punto de escaparse de ese diminuto vestido que el cliente había elegido personalmente; al menos agradeció no haber recibido instrucciones de cómo debía comportarse. Pero claro, esto se ganaba por dejar que Jennifer hiciera las entrevistas mientras ella se tomaba su primer día libre en cinco años, quizá hasta ella lo había sugerido, pero ya se las vería con esa pequeña mujer cuando terminara con ese suplicio.
PUTRID DOLL
Coloca una nueva hoja sobre su restirador, en la esquina superior izquierda se encuentran dos bocetos: el primero muestra a una chica con un vestido hecho de piel y coronada con una diadema de dientes, mientras que el segundo ilustra a un par de gemelas vestidas como bailarinas de belly dance sosteniendo espadas, es el espectáculo que se presentará esa noche.
Sin embargo, esta vez su jefa, Alyssa Romanova, la hace ponerse cursi debido a que una estúpida pareja de clientes quería celebrar su aniversario en el burdel. ¿Quién carajos celebra su matrimonio en un burdel? Qué idiotez… eso del romanticismo no era para nada lo suyo, y no era parte de su contrato… Bueno, obedecer en todo a Liss era su trabajo, pero cuando se lo planteó no se imaginó esta situación. Dibuja tres cuerpos destazados formando la típica frase “I
Piensa en llamar a la pequeña Candelaria (la criada que usualmente ofrece bocadillos caníbales a los clientes) para que le proporcione algunos de sus manjares, pero presiente que sólo será una distracción. Decide tomar una libreta de dibujo y recostarse en su cama, siempre le ha resultado más fácil inspirarse estando horizontalmente. Abre la libreta y sólo consigue usarla como almohada, esa labor le está pareciendo torturante y aburrida; sin embargo, el castigo no duraría mucho, y podría continuar con su labor habitual. A decir verdad, aquél era el trabajo que siempre había anhelado y ni un lapsus de cursilería lo arruinaría. Comenzó a perderse en el recuerdo del día en el que se unió al personal de El Burdel de las Parafilias.
—¿Y bien señorita Díaz…, qué piensa de mi oferta de trabajo?
—Me parece bastante buena, quizá demasiado para ser real. Pongamos las cartas sobre la mesa, Alyssa —Liss hizo un ligero gesto de molestia, las personas rara vez la llamaban por su nombre completo—. ¿Qué es exactamente lo que tengo que hacer, y qué me darás a cambio de hacerlo?
—Te encargarás de los espectáculos del burdel, para ello te proporcionaré todo lo que necesites, y como pago podrás hacer uso nuestros servicios siempre que quieras, además de contar con hospedaje y alimento en nuestras instalaciones.
—¿Y qué, nada de dinero?
—¿Para qué necesitarías dinero, Jennifer? —dijo ella adoptando el tono familiar que su interlocutora había tomado—. Tu habitación contará con todo lo que necesites y mucho más, podrás diseñarla a tu gusto.
—Eso de la habitación me suena a que tendré que estar trabajando mucho tiempo. ¿Cuál será mi horario? —La europea no pudo contener una carcajada ante esa pregunta.
—No tendrás un horario, si aceptas el trato pasarás a ser propiedad del burdel y no podrás salir de él. Pero no pongas esa cara, ¿qué puedes perder? ¿Una familia que no te comprende? ¿Una escuela llena de gente que te desprecia? ¿Una sociedad que jamás te aceptará? Piénsalo, aquí puedes realizar cada fantasía que cruce por tu mente, lo que hiciste hace unos días no es más que el comienzo, tienes posibilidades infinitas, recursos ilimitados y vivirás rodeada de lujos y sirvientes que estarán a tu disposición todo el tiempo. Entonces, ¿qué escoges? —Jennifer lo meditó un poco, pero no había mucho que pensar.
—¿En serio no podré salir de nuevo?
—Te daré un día libre al año y siempre puedes emular un paisaje exterior en alguna de nuestras habitaciones.
—De acuerdo, acepto. Pero hay algo más que quiero como pago —Liss la miró expectante y le hizo una seña con la mano para que continuara—. Quiero información, saber exactamente cómo funciona este lugar. ¿Cómo se mantiene si no cobran a sus clientes? ¿Cómo es que consiguen personas tan hermosas que estén dispuestas a prostituirse? Es decir, no lucían maltratadas ni temerosas, así que no pueden estar secuestradas, y tú misma mencionaste que eran más de trescientas.

Casi humano.

Despertó al oír el clic de la puerta cerrándose.
Era medianoche: la luna brillaba fantasmagóricamente en el cenit de los cielos y todos descansaban con tranquilidad en sus hogares. Todos excepto el pequeño Will, que miraba desorbitado a la inexorable oscuridad, con la gigante camiseta de los Yankees transpirada, y el corazón acelerado a punto de catapultarse de su pecho.
La habitación era un completo manto negro y sordo de misterios. La luz del pasillo, que se encendía para su tranquilidad, había quedado atrás cuando la puerta se cerró. No lograba oír casi nada: ni al gato de su abuela merodeando en la noche, ni a las ventanas zumbando por el fuerte viento de diciembre. Sólo alcanzó a percatar, aguzando el oído con esfuerzo, un leve crujido, como el de ramitas quebrándose bajo una pisada, que se repetía persistentemente.
TractractracTractractrac.
Con movimientos ágiles se destapó, empujando con las dos piernas la pesada manta de lana. Necesitaba sentirse libre para alcanzar el velador junto a su cama y encenderlo rápidamente, sin tener que prestar su diminuta mano a la incertidumbre de la oscuridad.
Se estiró hasta palpar con la yema de los dedos un pompón peludo, y más arriba comprobar que estaba unido al cordón que accionaba el velador.
TractractracTractractr
El traqueteo se detuvo inesperadamente, paralizando a Will a punto de encender la luz, en medio de la hambrienta penumbra.
—Shhhhh —chitó una voz frágil y arenosa.
Soltó el cordón aterrado y giró hacia la misteriosa voz que provenía desde sus espaldas. Buscó bultos y formas en la negrura, pero todo se veía igual de llano y azabache.
—¡Shhhhh! —repitió la enigmática presencia con más violencia y autoridad.
Will abrazó con fuerza la almohada y se entregó por completo al pánico: en su mente sólo se dibujaba la imagen de su mamá entrando a la habitación. Las lágrimas no tardaron en estallar su angustia silenciada.
—Shhhhh. No llores maricón —dijo amenazante, y agregó—: Soy la abuela, Will, duérmete ya. Mamá llegará cuando amanezca.
Y repentinamente todo tuvo sentido. Imaginó a la anciana, con los ojos cerrados bajo sus  gruesos lentes, dormitándose con los movimientos placenteros de la mecedora, esperando  que su nieto pudiera conciliar el sueño en su primera noche lejos de casa.
El corazón fue disminuyendo sus latidos y la oscuridad siniestra fue transformándose en un velo plácido de sueños. La almohada que enjuagó sus lágrimas ahora era morada de fantasías intrusivas.
«La abuela me vio llorar. ¡Qué ridículo s…».
«La abuela me vio».
«¿Cómo pudo verm…», pensó el pequeño Will espantado.
Con desesperación tiró zarpazos al aire hasta encontrar el cordón que encendió la mortecina luz del velador.
El cuarto se iluminó: dos ojos verdes brillaban como piedras preciosas. El gato de la abuela miraba a Will con cierta complicidad bromista desde la mecedora.
Abrió apresuradamente la boca y desenrolló una gran lengua áspera y amoratada, la lengua de la abuela. Una bola pegajosa de cabellos blancos salió despedida desde la garganta del animal hacia la falda del niño.
—Dije que duermas, maricón —dijo el gato enfurecido y rió humanamente antes de desaparecer en las sombras.
(Cuento original basado en el relato de un niño autista, William Morrison, que dice haber escuchado la voz de su abuela desaparecida dentro de su gato, al que misteriosamente tampoco hallaron la noche de los sucesos. Este relato participa en el concurso online de microrrelatos foscos “Estoy Contigo”).

Porno normal para gente normal(normal porn for normal people

Todo mundo sabe que si navegas en la web lo suficiente, encontrarás muchas cosas enfermas. Esto es en especial verídico si intencionalmente habitas en el lado oscuro de la web. He visto algunas cosas que no me cuesta trabajo admitir, pero una en especial que siempre recordaré es un sitio llamado normalpornfornormalpeople.com
La primer cosa extraña sobre este sitio, es que yo no lo encontré en un viaje por la red. Me lo envió un desconocido por e-mail. El correo era el siguiente:
Hola
Encontré este sitio, es muy lindo, y pensé que te gustaría
normalpornfornormalpeople.com
Pásalo, por el bien de la humanidad
Una cadena de correo bastante estándar, aunque la url del sitio y la última frase despertaron mi curiosidad. Estaba teniendo un día muy aburrido cuando me llegó esto, así que me aseguré que mi antivirus estuviera trabajando y luego entré en la página.
Era algo muy normal, el sitio me parecía bastante genérico. Daba la impresión de que a los creadores les importó una mierda el diseño profesional. El autor parecía tener un conocimiento muy tenue del inglés, y la primer página era una diatriba larga, incoherente y aburrida, que no recuerdo.
El sitio tenía un eslogan muy extraño (que aún hoy en día la gente no entiende bien qué significaba) que decía:
Porno Normal para la Gente Normal. Un sitio dedicado a erradicar las anormalidades sexuales.
Y por la forma en que eso sonaba, yo no estaba seguro si estaba aquí para ver porno, o si había tropezado con algún tipo de programa eugenésico. Pero estaba aquí, y estaba muy curioso por ver lo que la “gente normal” le parecía genial. Así que bajé por la diatriba y… nada. La página no parecía vincularse hacia cualquier otro sitio, y estuve a punto de largarme cuando me di cuenta de que cada palabra en la diatriba tenia su propio hipervínculo. Así que hice click en uno de ellos, y fui enviado a una página en blanco con una larga lista de vínculos como:
http://www.normalpornfornormalpeople.com/
Me detuve por un momento y me dediqué a pensar si estaba dispuesto a perder Dios sabe cuánto tiempo accediendo a links aleatorios hasta que me infestara la máquina de virus. Pensé que tal vez debería intentar por cinco minutos, sólo para ver si algo surgía. Clickeé uno de los enlaces, y fui enviado a otra página. La url de ésta era totalmente distinta a la anterior.
Estuve a punto de decir “que se joda esto”, cuando clickeé el tercer link, que un video se empezó a descargar. Se llamaba “peanut.avi”. Fue un video de 30 minutos de un hombre, una mujer y un perro en una cocina. La mujer preparaba un sándwich de mantequilla de maní, y el hombre se lo acercaba al perro para que comiera. Era todo lo que pasaba por treinta minutos. Era obvio que el camarógrafo tuvo que parar el rodaje y esperar hasta que el perro estaba dispuesto a comer de nuevo, el perro parecía bastante enfermo por el final del video.
Sé lo que estás pensando: “¿Qué demonios tiene eso que ver con el porno?” No tengo ni idea. He visto un poco más de dos docenas de vídeos de este sitio, y la mayoría no tenía actividad sexual en absoluto.
Después de ver peanut.avi, fui a un board de imágenes que frecuento para jugar en línea a Mostrar y Explicar, como siempre hago con mierdas extrañas como ésta. Pero alguien ya había hecho un thread de ello, un tipo que había recibido la misma cadena que yo. El thread estaba realizado por un puñado de personas que no tenían nada mejor qué hacer que indagar en esa página, y es así como logré ver más videos.
La mayoría de esas dos docenas de videos eran muy sin incidentes, y se componía de gente hablando a la cámara en una habitación sin nada dentro, más que un escritorio y algunas sillas. Quiero decir, literalmente, nada en las paredes, o en términos de los muebles. Toda la habitación tenía una sensación muy fría y estéril en ella.
Las conversaciones eran bromas vanas sobre trabajos anteriores o hechos vergonzosos de la infancia. Me quedé esperando alguna sobre lo que fuera que se estaba filmando, o sobre el lugar en el que se encontraban, pero nada. Tú nunca sabrías qué tenía que ver todo esto con el porno si lo ves fuera de contexto. Sin embargo, me atrevo a decir que quienes salían en los videos eran bastante atractivos.
Sin embargo, los demás videos donde realmente cumplían las funciones para decir que eran contenido “sexual” fue donde todo empezó a ponerse raro.
Daré una breve explicación de algunos de esos videos. Si quieres verlos porque te gana la curiosidad, puedes tratar de conseguirlos en alguno sitio de torrents.
  • lickedclean.avi
    Un video de 10 minutos filmado por una cámara oculta en la que vemos un técnico trabajando en una máquina de lavado para los primeros 2 minutos. Cuando está arreglada, el técnico habla con el dueño brevemente, y luego se va. El propietario se asegura de que el técnico se ha ido, y comienza a lamer toda la parte superior de la lavadora. Esto continúa durante 7 minutos.
  • jimbo.avi
    Un video de 5 minutos de un mimo obeso realizando su acto. En realidad, fue bastante divertido, sobre todo una parte donde se pretende levantar una silla, y luego pretende que se rompe a causa de su peso. En los últimos 30 segundos del video, la cámara corta brevemente a estática y corta de nuevo al hombre llorando en silencio, todavía con el traje de mimo y el maquillaje. ¿Una especie de fetichismo oscuro?
  • dianna.avi
    4 minutos de video con las conversaciones del camarógrafo con una mujer en una habitación diferente a la “sala de entrevistas”. Esta habitación luce como cualquiera que encontraras en una casa común. En dónde se encuentran nunca se especifica, así como Dianna hablando sobre su forma de tocar el violín. Ella obviamente toca el violín, pero ella se sigue distrayendo en cualquier cosa.
    No me di cuenta hasta que alguien presente en el thread señaló la imagen, pero si se mira en el espejo del fondo, se puede ver a un hombre gordo con una máscara de pollo masturbándose.
  • jessica.avi
    Otro video de camarógrafo de 4 minutos. Esta vez es fuera de una casa, hablando con otra joven. Ellos hablan de paseos en canoa. La cámara hace zoom hacia fuera para revelar las calles de la ciudad detrás de vez en cuando. Lo extraño es: Nadie hasta ahora ha sido capaz de identificar dónde es esta calle. Las suposiciones se han extendido por todas partes de Europa a Australia a las Filipinas, pero no hay aún un veredicto por la calle se muestra en el video.
  • tonguetied.avi
    Video de 10 minutos. Los primeros cinco minutos consisten en una anciana besando a un maniquí. El video se corta como lo hizo en jimbo.avi a medio camino, y la escena es ahora un grupo de maniquíes apiñados en un círculo alrededor de la cámara. Las luces se han atenuado, y la mujer de edad avanzada ya no se ve en ninguna parte. Desde este punto, no hay sonido.
  • stumps.avi
    Video con duración de 5 minutos, donde un hombre sin piernas intenta bailar breakdance en un tapete de DDR, en lo que parece ser la cocina de peanut.avi, pero mucho más sucio. Hay un radio tocando música oculto en el fondo, pero ésta se detiene en el minuto 4, donde el hombre se desploma por el cansancio.
    Él respira con dificultad y le pide a alguien fuera de cuadro que le deje descansar, pero éste se pone furioso y le grita para que siga bailando, lo cual hace. Se pueden escuchar los gritos del hombre fuera de cuadro hasta que el video se corta abruptamente.
  • privacy.avi
    La mujer de dianna.avi se masturba en un colchón en la “sala de entrevistas”, mientras el hombre de stumps.avi camina de manos mientras lleva una especie de máscara de duende.
    La puerta del cuarto usualmente aparece cerrada en los videos, pero ahora está abierta. En este video es la única luz en la habitación y el pasillo es oscuro. Cerca del final del video, se puede ver un animal rápido correr por el pasillo.
    Y finalmente, el último video que descubrimos:
  • useless.avi
    En este video de 18 minutos, una mujer rubia de uno de los videos de entrevistas anteriores está atada a un colchón en la sala de entrevistas. Intenta gritar, pero su boca está tapada. Después de 7 minutos, un hombre con un traje negro y una máscara abre la puerta, pero él no entra.
    Mantiene la puerta abierta para el animal que estaba corriendo en el video anterior. Se revela como un chimpancé adulto, totalmente rapado y pintado de pies a cabeza de rojo. Parecía estar muerto de hambre y que había sufrido de abusos, con varias heridas a lo largo de sus hombros y espalda.
    Cuando el chimpancé entra en la habitación, el hombre enmascarado cierra la puerta detrás de él. El chimpancé olfatea el aire por un momento (posiblemente era ciego), y se da cuenta a la mujer atada al colchón. El chimpancé entra en un frenesí, y la empieza a mutilar.
    El asalto se prolonga durante 7 agotadores minutos, hasta que la mujer finalmente muere. El chimpancé se come carne de su cadáver durante 4 minutos hasta que el video termina.
El thread explotó con la actividad después de este video fue descubierto, y la gente lo discutió hasta bien entrada la noche. Cuando regresé al board al día siguiente me encontré con que el tema se ha eliminado. Traté de empezar otro, y me bannearon. Intenté enviarle mensajes al sujeto que me había mandado el link, le envié cinco mensajes y no respondió.
He tratado de hablar sobre este sitio web en varios lugares, y me bannean con frecuencia. El sitio en sí también se eliminó aproximadamente 3 días después de useless.avi fue descubierto, probablemente porque alguien se dirigió a las autoridades al respecto.
La única prueba que existía era normalpornfornormalpeople.com unas pocas screencaps y vídeos que algunas personas tomaron desde el sitio y fueron subidos por torrents. El más popular es useless.avi, que encontró su camino en algunos sitios de gore.
Donde sea que los quieras subir, los videos de normalpornfornormalpeople.com son borrados después de poco tiempo.

posdata.. la pagina esta de nuevo en linea por si la quieren visitar!
Los visitantes, pueden venir inesperadamente. Lo desees o no. Solo una delgada puerta te separa del mundo exterior. Nunca se sabe quien está detras de la puerta.
-Lo prometimos ¿verdad?- Dice la hermana mayor.

Emisor Anónimo

A lo largo de mi vida pasé por experiencias muy extrañas, las recuerdo todas y cada una de ellas como si hubiera sido ayer. Pero una de ellas particularmente bizarra es sin duda la mas terrorífica de todas. Se trata de el emisor anónimo.
Era tan solo un adolecente común con problemas de adolecente común, las personas que me conocían opinarían que era solo uno mas de el montón. Sin embargo ellos no sabían la clase de infancia que tuve y creo que lo mejor para mi era que así fuesen las cosas. Cuando yo nací, mis padres no tenían mucho dinero. Esto era en parte a que aun no terminaban la preparatoria cuando por azares de la vida fui concebido. Sin una profesión a mi padre le costaba bastante trabajo conseguir el pan de cada día y mi madre no podía tener un oficio porque tenía que hacerse cargo de mi.

Hola a todos nuestros lectores!

Hola lectores les agradecería que nos dejaran comentarios de que les parece el blog que les gustaría que agregáramos que quisieran mas para que este blog siga creciendo gracias a todos por leer y darle + a las publicaciones esperamos sus comentarios para saber que si les gusta este blog si quieren una historia en especifico etc. etc. estamos a sus disposiciones muchas gracias! 
 -Emmanuel-

HellBook, el inicio de las páginas

Era casi mitad del año 2004, aún no se sabe con exactitud lo ocurrido; la evidencia de aquel suceso ha sido borrada totalmente, o al menos así se cree.
Muy poco se conoce de esta historia. De los millones de usuarios que se encuentran registrados en esta enorme red social, sólo unos cuantos conocen el rumor.
Se dice que cuando el Boom de las páginas se puso de moda, existió una llamada «HellBook» que promovía contenido relacionado al gore. La página que se había creado un 6 de junio de 2004 creció rápidamente, llegando a los mil likes en menos de un día.

Impacto

Caminaba bajo la luz hiriente del sol de enero, proyectando bajo sus pies una delgada sombra color azabache. Usaba jeans azules ajustados a sus muslos, y una camiseta blanca que llevaba adherida al cuerpo por la transpiración.
Cruzó por la Avenida Belgrano, conducido por sus zapatillas de lona rojas, con la atención puesta al otro lado de la calle. Una vidriera reluciente se abría ante sus ojos, exhibiendo ordenadamente deliciosas golosinas en envoltorios de colores chiclosos y cajas de cigarrillos con cordeles rojos. Sus ojos recorrían con desesperación cada estante buscando algo por sí solos, con una ansiedad que segundos más tarde lo sorprendió. En ese momento se hallaba ensimismado  sobre aquella incertidumbre.
Como si un destello hubiese activado su maquinaria cerebral, aferró a su mirada una botella de Coca-Cola que resaltaba de las demás en una heladera de cristal. Fue espontáneo, igualmente insólito, un segundo después sabía lo que quería: esa botella helada que transpiraba, como si fuesen las curvas de una mujer invitándolo a acercarse. Se empapó sus labios áridos y esperó un momento agazapado ante la vidriera, con los ojos achinados, esperando a que la Coca-Cola volara desde la heladera como un frisbee.  Tan rápido como vino, el deseo se disipó, y sus ojos perdieron el poder de focalización.
Ya erguido, dio media vuelta y volvió a cruzar la avenida. El sol nuevamente le impactó de frente como si fueran pequeños petardos encendidos. La ciudad no era más que gargantas de cemento y ladrillos que se abrían a todas direcciones posibles, como un asterisco esquizofrénico. No había rastro de nadie. Hasta los grillos se achicharrarían si saliesen a cantarle a la soledad.
El único sonido que se oía era lejano y casi inaudible: un suave ronquido, gutural y resonante, pero tan bajo que producía calma, placer, inhibición; como el ronroneo de las aletas de un ventilador en una siesta de verano. Y no pudo explicárselo (ni lo intentó), pero sus piernas comenzaban a encontrar un rumbo recto y preciso, hacia ese único ruido remoto. Allí podría haber alguien. Sus… amigos, sí, tenía amigos. O Lucy, su… novia. Estaban esperándolo con una de esas latas congeladas de Coca-Cola. O quizás una Pepsi, aunque sabían que el odiaba esa marca. Estaban en el frente de la casa de Diego, leyendo revistas y conversando y bebiendo gaseosas. Su marcha aceleró al imaginar a Lucy con una sonrisa aplastada y tierna al verlo llegar de sorpresa.
El pavimento despedía tanto calor que se dibujaban ondas que parecían bailar y distorsionaban su visión. Recreó en su mente una escena de una película que había visto de aventuras en un desierto, en la que todo se basaba en la poderosa ilusión de la insolación y el personaje del film terminaba derrumbado en su lecho de muerte, siendo sepultado lentamente por los vientos de arena. “Hasta que sus ojos quedaron fritos”, pensó. Se río torpemente y luego se calló de repente. Un escalofrío lo envolvió, naciendo desde su medula como astillas de hielo, y detuvo el andar de sus pies. A su mente vino en pequeños resplandores la imagen de una cabeza descansando cómodamente sobre la arena, con una sonrisa graciosa (quizá producto de las ilusiones), pero con los cuencos de los ojos vacíos, como dos túneles que corrían paralelamente hacia el infinito. “Frito”, repitió, y encendió su marcha.
El sonido que lo destinaba se hacía más y más fuerte, y pasó de ser calmo a metálico y estridente, pero aún se oía ahogado. Atravesó una senda peatonal sin mirar a los costados, se sentía imperioso en la soledad de la ciudad. Las veredas y las calles eran suyas, no tenía a quién eludir ni esperar a que los vehículos fluyan encolerizados y se detengan en cada semáforo. En cada maldito…
Semáforo. Parpadeaba frenéticamente. Luces amarillas, verdes, rojas. Parpadeaban sin sentido. Primero una, luego todas, sólo dos, de nuevo todas. Era extremadamente vívido. No sólo lo tenía ante sí, sino que lo veía brillar como nunca antes había visto algo. Cada centímetro de ese aparato era reluciente, tangible, contrastante. “Está loco, loco. El semáforo perdió…” la cabeza. Se le contrajo el estómago y pudo escuchar el corazón galopándole frenéticamente en el pecho: estaba estúpidamente aterrado.
Un impulso visceral de supervivencia le indicó a su cuerpo la huida.  Corrió con una agilidad sorpresiva, pero a todo lo que sus débiles zapatillas le permitieran. Cuando estuvo lo necesariamente lejos, giró sutilmente la cabeza y lo vio parado en la misma esquina (como esperando que cobrara vida), enloqueciéndolo con el resplandor de luces, diciéndole tácitamente que no se alejara. Parpadeaba ahora tan rápido que parecía que iba a estallar. Tornó la cabeza al centro y continuó, aunque volvió a mirar reiteradamente para asegurarse que no lo persiguiera. Que un semáforo no lo persiguiera. Minutos más tarde se le ocurrieron cinco o seis razones por las que lo que había pasado era una completa idiotez. Pero el terror no disminuía. Se acumulaba en su estómago, como un reloj de arena.
“No hay nadie”, sus pupilas se hinchaban ante la luz radiante del sol. Le costaba ver, pero no oía a nadie, ni perros, ni pisadas, ni el motor de algún aire acondicionado escupiendo frío por ahí. La sensación de majestuosidad se le escapa y lo que parecía una ciudad civilizada se transformó en un desierto de cruces asfaltadas. “Sepultado lentamente” la idea que le causó gracia ahora lo atormentaba.
¿Dónde estaba? Estaba… cerca del ruido. A sus oídos volvió aquel ronquido, fuerte y pesado, todavía metálico, similar al rugido de la tierra cuando se despierta un terremoto. “¿Qué había pasado mientras tanto, el ruido desapareció?” Intentó imaginar a Lucy esperándolo con los brazos abiertos pero algo lo detenía, algo desgarraba esa idea. ¿Qué hacían los chicos cerca de un ruido tan perturbador?
Las cienes le daban punzadas hacia la nuca, señal de que el sol lo estaba fatigando, pero mágicamente seguía avanzando, sin sentido, como si estuviera atrapado en un laberinto diseñado por el mismísimo Lovecraft, con el astro dorado vigilando sus movimientos.
Los muslos le ardían del dolor, y la camiseta ya formaba parte de su piel. Sentía que sus pulmones estaban por colapsar en cada exhalación. Pero el miedo continuaba allí, escondido en su vientre, obligándolo a continuar. “Un semáforo me asustó” pensó, pero aunque intentara encontrarle lógica al asunto, un puñetazo de irracionalidad le golpeaba las tripas. “¿Qué me pasa?”, la angustia le cristalizó los ojos con lágrimas, las lágrimas reales que se padecen ante la hoz de la muerte.
Dio sus últimos pasos de agonía y cayó de rodillas al suelo, abriéndose los jeans en un fuerte desgarro. Bajó la cabeza e intentó vomitar, pero terminó en unas arcadas violentas que le arruinaron la garganta. Tenía el peso del sol aplanándolo sobre la espalda y se recostó para sentirse aliviado. Así quedó por minutos, en posición fetal, bajo el desamparo del asfalto hirviendo bajo su cuerpo.
Pero de repente, nació desde el medio de la calle el mismo rugido que persiguió. Dio un respingo y se incorporó a tientas. Ante él estaba ese sonido que lo había hipnotizado como el canto de una sirena.
Con sus manos construyó una visera y abrió lentamente los párpados. Le costó adaptar sus pupilas, pero frotándose los ojos con los puños lo consiguió: veía su auto apuntándolo con la trompa. Su pequeño e indefenso Peugeot 206. Pero no lo había visto ahí antes. “No estaba allí”. Su estómago dio un estallido de pánico que lo hizo temblar. Pero sabía que había algo peor. Alzó la vista y encontró chalecos de policía, gorros de policía,  y cintas de restricción. Estaba todo adornado. Las rejas y los portones llevaban chalecos anaranjados. Los gorros estaban ornamentando los árboles. Las cintas colgaban como guirnaldas.
Rio y lloró al mismo tiempo. Era bizarro y totalmente irreal, pero esas alegres ornamentaciones llevaban cargado el horror. “Una fiesta”, dijo sollozando, “Una fiesta para mí”. Se arrastró hasta la trompa del auto y lo rodeó. Tomado del espejo retrovisor se levantó, y con cansancio apoyo la frente en la ventana polarizada.  “¿Qué mierda es eso?”. Dentro del auto, mesclada entre las sombras, estaba la misma botella de Coca-Cola, esperándolo mientras despedía gotas heladas. Estaba seguro que era la misma. No podía no ser la misma. Era perfecto, como la ilusión de la película.
Tiró de la puerta tanto como pudo pero no la abrió. Retrocedió unos pasos y recostó su peso sobre sus rodillas. Agitado, irguió su cabeza y miró  con desesperación y pánico esa puerta, pero lo que logró ver lo hizo gritar de terror: las luces hiperactivas del semáforo reflejado sobre el negro del polarizado. Estaba detrás de él, como riéndosele sádicamente, disfrutando su lánguido pudrimiento.
Las lágrimas le vertían a cascadas, hasta enrojecerle los ojos. Gritaba sin parar, no podía detener de su garganta, era una catarsis del horror que acumulaba en su vientre. Giró tan rápido como sus temblores se lo permitían y lo observó con los ojos abiertos, como si sus párpados chillaran al compás de sus labios. “Bajo la luz del sol no ocurren atrocidades, dicen. Qué mentira”.
Se hallaba de rodillas al frente de su casa. “Mi casa, esta es mi casa.” Y todo se iluminó en su mente. ¿Qué hacía en el medio de una ciudad vacía? ¿Por qué no había nadie? ¿Cómo llegó ahí? ¿Por qué no pidió ayuda? “Sabía que nadie me ayudaría”.
Caminó vacilante hacia la puerta de su casa, antes rompiendo las cintas de seguridad que  adornaban felizmente la entrada, “Una fiesta para mí”.
Antes de girar suavemente la manija y entrar, oyó otra vez aquel rugido gutural, y por primera vez pudo distinguir que era, “La bocina de un cami…” y su corazón se contrajo con tanta fuerza que tuvo que detenerse.
Al entrar a su hogar un aroma agrio a encierro le pateó la nariz. A pesar del fulgor del sol, adentro reinaba una espesa obscuridad, exceptuando la luz mortecina y gris del televisor. Un calor pegajoso lo envolvió en un abrazo. El aire se hacía pesado y de un gusto metálico. “No hay nadie,” pensó “¿Tendría que haberlo?”. De la misma manera que supuso que esa era su casa, se respondió que sí, que allí vivía alguien más.
Buscó con sus manos extendidas algo a que aferrarse en esa nube azabache en la que caminaba y se topó con un cuerpo alto y frio, de un frio aliviador para su piel enrojecida. Tanteó hasta encontrar de dónde tirar y una pequeña luz brillante se abrió paso en la obscuridad. Un soplido helado lo hizo estremecerse y le congeló las lágrimas en los pómulos. Estaba frente a la luz de la heladera, de su heladera. Y allí dentro brillaba una lata abierta. La alcanzó de inmediato y la puso ante sus labios. Inclinó el envase lentamente hasta que la espuma de esa cerveza rancia tocó su lengua y…
Unas palabras insidiosas se hilaron en su mente sin su voluntad. “En el infierno hace calor.” Al principio no tuvo sentido, pero un segundo después lo hizo detener su corazón. “No tengo sed. Nunca tuve sed. Nunca” soltó la lata y escupió el líquido de su boca. Cerró la heladera y  gateó en la oscuridad que lo defendía del brillo del sol… y las luces del semáforo… y el reflejo de cualquier vidrio… ya no había sombras… o todo era sombras.
Llegó hasta el sillón y se levantó con la fuerza que quedaba. El televisor despedía una voz grave de locutor: “Porque tu vida empieza hoy.” Y finalizaba.
Izó su cabeza hasta asomar sus ojos por encima del sillón en un último esfuerzo.
Allí, inesperadamente, estaba su madre, una mujer mayor con un rodete blanco en la cabeza que lo miró con sorpresa. “¡Hijo! ¿Qué haces ahí?” dijo la anciana con un tono agudo en su voz.
Le estiró una de sus manos arrugadas y quedó perplejo, con un sabor amargo en la garganta. Quiso hablar pero el llanto le bloqueó sus cuerdas vocales. Sintió su corazón renaciendo, latiendo tan alegre como nunca. Recibió su mano y se sentó torpemente. La abrazó con fuerza y le besó la mejilla.
“Hijo. ¿Otra vez llorando?” preguntó ella amablemente. Él no respondió, sólo siguió con su llanto. La mujer unió sus manos sobre su pollera y suspiró profundamente.

Fotografías de animales

—Cuídalo mucho. Es posible que me extrañe, así que llamaré a diario, y muéstrale fotos mías mientras hablamos. Los gatos pueden volverse muy independiente si se les da las facilidades, y no quiero eso, ¿entendido? Él es muy excéntrico en ciertos aspectos, pero si mantienes los cuidados que te dejé en la lista no deberías tener problemas.
—Descuida… Suerte.
Y así comenzó mi viaje. Tenía una importante reunión de trabajo al otro lado del país, serían cinco horas en avión; agotador, pero necesario, pues la empresa atravesaba un momento muy complicado.
Mi gato, razón de mis alegrías, se llamaba Jack. No podía llevarlo conmigo, el simple hecho de que ocurriera una descompresión en la zona de carga del avión, y muriera, me volvería loca. Le pedí a un vecino de confianza, quien es lo más cercano a un amigo que tengo, que lo cuidara. Le di las indicaciones para ello. El viaje es de una semana completa, si todo sale a la perfección, serían menos de 180 horas sin verlo.
21 de julio:
Las cosas están complicadas aquí, nuestras acciones bajan de valor, las compran puros incompetentes que sólo perjudican la empresa. Fácilmente podemos caer en bancarrota cualquier día de estos, perder mi trabajo, y lo peor, sin poder alimentar a Jack. Tendré que esforzarme el resto de la semana.
Llamé a mi vecino alrededor de las 9 p.m y lo puse al día con lo ocurrido, su estúpida condición para seguir cuidando de Jack, y después hablé con mi gato. Parecía feliz al hablarle. Eso me alegró la noche, o al menos el disgusto de la realidad de la empresa.

El juego de las escondidas rituales !

Creo que todos hemos jugado alguna vez a las escondidas. Una persona cuenta, otra persona se esconde, luego la persona que contó debe buscar a quien está escondido.
Como hija única, tengo que decir que es un juego que he aborrecido siempre… pero aquí hay una solución para quienes no tienen con quién jugar.
Sólo debo advertirte que una vez hayas empezado, deberás continuar hasta el final… dejarlo a la mitad es muy peligroso para ti y tus seres queridos. Quienes, por cierto, no deben estar en la casa al momento que juegues. Se recomienda también dejar todas las puertas sin cerrojo y mantener un celular contigo todo el tiempo, por si acaso.

Para este ritual vas a necesitar un muñeco de algodón que tenga brazos y piernas, arroz, una aguja e hilo color rojo, una taza de agua salada, un cuchillo o cualquier herramienta punzante y un lugar donde esconderte —en lo posible, una habitación purificada con incienso— que tenga un televisor en buen estado.
Extrae todo el relleno del muñeco y reemplázalo con arroz; esto representará los órganos del muñeco y atraerá a los espíritus. Corta alguna de tus uñas y colócala dentro del muñeco. Ahora cose al muñeco de nuevo utilizando el hilo, y ata el resto del hilo a su alrededor para representar a una artería, sellando así al espíritu que invocaste.
Llena una bañera o algún recipiente grande con agua y pon la taza de agua salada en la habitación donde te esconderás.
Ponle un nombre al muñeco —el que quieras, excepto el tuyo—.
Empecemos a jugar…
A las 3:00 a.m. dile al muñeco tu nombre y «es el primero». Tú serás el primero en buscar.
Ve al baño y pon el muñeco en la bañera con agua. Apaga todas las luces de la casa, ve hacia tu escondite y enciende el televisor. Cierra los ojos, cuenta hasta diez, vuelve al baño y apuñala al muñeco con el cuchillo. Ahora di, «Tú eres el siguiente», seguido del nombre del muñeco, al tiempo que lo pones en el piso del baño. En cuanto el muñeco toque el piso corre hacia tu escondite. Has roto el sello que retenía al espíritu dentro del muñeco; ahora ese espíritu está enojado, y te busca.
En tu escondite podrás sentir la presencia de lo que sea que está buscándote mediante el televisor. Éste empezará a comportarse de modo extraño a medida que «ello» esté más cerca de ti. No te muevas ni hagas ningún sonido. Si purificaste el ambiente con incienso, el espíritu no entrará.
Cuando te canses, pon en tu boca media taza del agua con sal —sin tragarla ni escupirla; así te mantendrás protegido de lo que merodea por tu casa— y, con el resto de la taza en tu mano, sal de la habitación y comienza a buscar a tu compañero de juegos. De más está decirte que no se encontrará en el baño. Cuando lo encuentres, échale el resto del agua salada y escupe sobre él la que tienes en tu boca. Grita tres veces «Yo gano». Deja que el muñeco se seque, quémalo y luego deshazte de él.
No extiendas este ritual por más de dos horas..................

Por favor, abre la puerta

Han pasado tres años desde aquella noche.
Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando.
Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás.
Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado.
Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia.

Baila joker baila..

En la baraja inglesa hay una carta en especifico llamada joker se dice que con esta carta se puede realizar un paranormal juego llamado Baila joker baila.. 
existen muchísimas historias de esto a lo largo del mundo y aqui les contare un híbrido de cada una de ellas....
para empezar lo primero que necesitamos para este ritual es una carta joker cualquier versión ya sea blanca o a color cambia mucho el desarrollo del juego un grupo de amigos dispuestos a participar en este paranormal juego , un cuchillo , una vela negra y un espejo según algunas versiones..
Ya teniendo nuestros materiales procedemos al juego lo primero que hay que hacer es poner nuestra carta JOKER en el suelo y encendemos la vela negra la habitación donde se realice el juego debe estar solo iluminada por la vela que prendimos anterior mente para que el ritual de su efecto si creen que la luz de la vela es muy poca hay otra versión que dice que hay que poner 11 velas formando un circulo aun que se cree que esta versión es menos efectiva ya teniendo la vela encendida y la carta en el suelo los participantes deben de formar un circulo alrededor de la carta todos los participantes deberán cortarse con el cuchillo y echar un poco de su sangre en la carta Joker.

EL EXPERIMENTO RUSO DEL SUEÑO

A finales de los 40's, investigadores rusos mantuvieron a 5 personas despiertas durante 15 días, utilizando para ello un estimulante basado en gas.

Los mantuvieron encerrados en un ambiente sellado para así poder monitorear cuidadosamente el uso de oxígeno, de manera que el gas no los matase, debido al peligro de altas concentraciones del mismo. Para poder observar lo que sucedía en aquella habitación, y ya que aún no existía el "circuito cerrado" de cámaras de vigilancia, se decidió utilizar, además de micrófonos, unas ventanas de 5 pulgadas de grosor para así poder observar a los sujetos en la prueba. Además, la habitación tenía libros, cobijas para dormir (aunque ninguna cama), agua corriente, baño y la suficiente cantidad de comida para que los 5 sobrevivieran por un mes.

Los 12 Sonidos

Corría el año de 2005, recién había obtenido suficiente dinero como para poder pagar una buena conexión de Internet. Estaba muy emocionado debido a la cantidad de música y videos que podía obtener. Esa tarde me la pase bajando juegos y música, pero ya llegada la noche mis intereses se volvieron más obscuros…. Grave error.
Buscando ente diversos programas psicofonías y relatos de terror me topé con un archivo bastante peculiar llamado “Rec06.mp3” y decidí bajarlo debido a la interesante etiqueta que tenía debajo, en la descripción del archivo rezaba la siguiente oración: “Este es parte de los 12 sonidos del archivo original de Odeo Takashima, si tienes alguno de los otros 11 no dudes en contactarme”. -¿Los 12 sonidos?- pensé. –Suena a algo bastante interesante como para entretenerme un rato-.
Al reproducir el archivo escuche lo que podría definir como una especie de ronquido o gruñido de algún ser vivo, como una respiración bastante dificultosa de un ser que agoniza, acompañado de ciertos toques macabros que me erizaron todos los vellos del cuerpo.

El más terrorífico videojuego de la historia

Recién termino de jugar el más terrorífico videojuego de la historia. Ahora, escúchenme antes de decir “Ah, seguro es una nena que se asusta de todo lo que ve”. No me asusto por videojuegos o películas. He acabado cantidad de juegos de horror y visto tantas películas del mismo género en mis días. Los únicos que me han asustado al menos un poco han sido algunas partes de “Penumbra” y “Condemned”. Todo lo demás me fue aburrido. Este juego era diferente. Muy diferente.

….No se te da ningún trasfondo de la historia en lo absoluto. Apenas presionas ‘comenzar’ se precipita directo al juego. Aun así, fui capaz de armar la idea de lo que la historia básicamente trata después de por fin vencer ese aparato del demonio. Aparentemente, eres un desquiciado. Nunca se menciona tu nombre, pero puedes imaginarte cuál es con sólo poner atención a la pantalla. Por alguna razón escapaste de cualquier cuarto del hospital de salud mental en el que te estabas escondiendo. Ahora, el trastornado estado de tu mente ha convertido las paredes del hospital en un negro laberinto con la única luz puesta tras las paredes, brillando en un espantoso azul.

Siempre estaré detrás de tí

Aún hoy sigo sin creérmelo. Me llamo Josh y tengo 36 años. Nací en Los Ángeles, pero tras la muerte de mi padre me trasladé a Florida. Por más que lo intento no podré olvidar esa noche. Por aquel entonces acababa de mudarme. A mis 20 años de edad todavía hacía las típicas chorradas de universitario. Botellones, borracheras, el juego de la botella y todas esas idioteces infantiles. Maldita la hora en que se me ocurrió aceptar aquel estúpido reto.
-No tienes narices de invocar a un espíritu- Dijo mi amigo James.
-¿Que no?- Contesté yo.
Esa decisión podría decir que fue la peor de mi vida. Esa noche me hice con un tablero de la conocida Ouija y largué a casa de mi amigo. Todo eran risas y bromas. Nos tomamos el juego a cachondeo, hasta que llegó el momento de la verdad. Concentrándome coloqué mis dedos sobre el vaso y empecé a preguntar. Mis dedos comenzaron a moverse. No me asusté ya que había leído que todo era obra del subconsciente y que no tenía nada de paranormal, pero notaba algo extraño, algo dentro de mí. No le dí importancia hasta que algo raro se hizo patente. Intenté gastar una broma a mis amigos y escribir la típica frase guarra de turno, pero mis dedos no respondieron. Me asusté un poco, pero cuando de verdad lo dejé fue cuando James me dijo la frase que había escrito.

CeaseToExist.mp3 (presuntamente real)

Sé que es difícil creer en algo cuando no se tienen pruebas, sobre todo si se trata de un asunto en el que los hechos parecen fragmentos de una historia de terror. Sin embargo, debo compartir esto con el mundo; todos deben conocer los peligros que acechan a los cibernautas curiosos y ávidos de nuevas experiencias, todos deben saber las consecuencias de tomar una decisión sin reflexionarla. Hago esto con la finalidad de prevenirlos.
Tal vez se trate sólo de eso, de una nueva leyenda urbana; pero de no ser así, nos encontraríamos ante un suceso escalofriantemente desconcertante que nos llevaría, una vez más, a la terrible conclusión de que no existen límites ni fronteras para el horror. Un horror que se adapta camaleónicamente a los tiempos y se vale de todos sus eventos para manifestarse ante nosotros.
Son muchos los que cuentan haber entrado al sitio web «www.blindmaiden.com» (blind maiden significa «doncella ciega»). Ahora bien, dado que el mito se ha extendido por internet, existen muchas páginas falsas. El servidor original de blindmaiden.com se dice que está alojado en los Países Bajos. Si das con la página correcta descubrirás que, si pretendes acceder a ella, por más que lo intentes tu buscador no te lo permitirá, ya que para hacerlo deberás cumplir tres condiciones:
Encontrarte completamente solo, hacerlo exactamente a la medianoche de un día sin luna y tener apagadas todas las luces de tu casa.

Delincuencia

Hace como siete años me llegó este mail, que la verdad me dejó muy mal, puesto que las cosas con la inseguridad en el país empezaban a ponerse peor de lo que estaban antes, y la violencia no ha parado de crecer. En lo personal, al momento de leerlo lo creí por completo, porque vivo en México y he escuchado testimonios de personas cercanas que no se alejan mucho de esta historia. Cuando esto alcanzó grandes proporciones algunos medios locales realizaron supuestas investigaciones, descartando la veracidad de los hechos aquí descritos. Bueno, en su momento causó mucho revuelo y especulación, y al final la gente no supo si era cierto o no, porque ¿acaso los medios no podían estar también comprados o amenazados? ¿No tendrán los medios o estas mafias la capacidad de fabricar o desaparecer evidencia y testigos?
Dejo a su criterio el creerlo o no, pero lo que sí sé es que, si las cosas no sucedieron tal cual se describen aquí, sucesos como estos sí pasan todos los días y no sólo en mi país, sino que en muchas partes del mundo.
¿Por qué decidí publicarlo aquí? Porque para mí cumple con los puntos necesarios de un creepypasta, y bueno, no estaba publicado en esta página que pretende archivar los creepypastas más populares de la web. A continuación lo transcribo tal cual lo copié del mail.